Dr. Francesc Fargas Fábregas Coordinador de la Sección Ginecológica Oncológica y Patología Mamaria del Hospital Dexeus Mujer.
El diagnóstico preciso y temprano del cáncer ginecológico es crucial para un tratamiento efectivo y una mejor prognosis. Existen varias pruebas y procedimientos que los médicos utilizan para detectar y evaluar los diferentes tipos de cáncer ginecológico. A continuación, se describen las pruebas más comunes que pueden realizarse para un buen diagnóstico:
1. Examen Pélvico Un examen físico de los órganos reproductivos internos y externos, realizado por un ginecólogo, puede ayudar a detectar anomalías en el útero, los ovarios, la vagina y la vulva.
2. Prueba de Papanicolaou (Pap) y Prueba de VPH La prueba de Papanicolaou es una herramienta de detección esencial para el cáncer de cuello uterino. Se toma una muestra de células del cuello uterino y se examina en busca de cambios anormales. La prueba del virus del papiloma humano (VPH) puede realizarse al mismo tiempo para detectar el virus que causa la mayoría de los cánceres de cuello uterino.
3. Biopsia Si se encuentra una área sospechosa durante un examen físico o en los resultados de una prueba de Papanicolaou, se puede realizar una biopsia para obtener una muestra de tejido. La muestra se analiza en el laboratorio para determinar si las células son cancerosas. Existen diferentes tipos de biopsias dependiendo de la ubicación y el tipo de cáncer sospechado.
4. Ecografía Pélvica La ecografía utiliza ondas sonoras para crear imágenes de los órganos internos. Puede ayudar a detectar masas o tumores en los ovarios, el útero y otras áreas de la pelvis. Hay dos tipos principales: la ecografía transvaginal (inserción de un transductor en la vagina) y la ecografía abdominal (colocación de un transductor en el abdomen).
5. Tomografía Computarizada (CT) y Resonancia Magnética (MRI) Estas pruebas de imagen proporcionan imágenes detalladas de los órganos internos y pueden ayudar a determinar la extensión del cáncer y si se ha propagado a otras áreas del cuerpo. La CT utiliza rayos X, mientras que la MRI utiliza campos magnéticos y ondas de radio.
6. Tomografía por Emisión de Positrones (PET) La PET es una prueba de imagen avanzada que utiliza una sustancia radioactiva para detectar células cancerosas en el cuerpo. A menudo se combina con una CT para proporcionar información más detallada sobre la ubicación y el alcance del cáncer.
7. Análisis de Sangre Ciertas pruebas de sangre pueden ayudar a detectar marcadores tumorales, sustancias que son liberadas por las células cancerosas y pueden estar elevadas en personas con ciertos tipos de cáncer ginecológico. Por ejemplo, el CA-125 es un marcador tumoral que puede estar elevado en el cáncer de ovario.
8. Histeroscopia y Laparoscopia La histeroscopia implica la inserción de un pequeño telescopio en el útero a través del cuello uterino para examinar el interior del útero. La laparoscopia implica la inserción de un pequeño telescopio a través de una incisión en el abdomen para examinar los órganos pélvicos y tomar biopsias si es necesario.
Conclusión Para obtener un diagnóstico preciso del cáncer ginecológico, es fundamental realizar una serie de pruebas y procedimientos. Desde exámenes físicos y pruebas de detección hasta técnicas de imagen avanzadas y biopsias, cada prueba proporciona información valiosa que ayuda a los médicos a identificar la presencia y extensión del cáncer, y a desarrollar un plan de tratamiento adecuado. Si experimentas síntomas anormales o tienes factores de riesgo, es importante consultar a un profesional de la salud para una evaluación completa.