Las terapias dirigidas, también conocidas como terapias específicas o terapias personalizadas, representan un enfoque innovador en el tratamiento del cáncer de mama y ovario hereditario causado por mutaciones genéticas específicas. Estas terapias se diseñan para atacar las células cancerosas de manera precisa, aprovechando las características moleculares únicas de cada tumor.
En el caso de mujeres con mutaciones genéticas asociadas al cáncer de mama y ovario hereditario, como las mutaciones en los genes BRCA1, BRCA2, ATM, PALB2, CHEK2, entre otros, las terapias dirigidas se centran en inhibir las vías de señalización específicas que están activadas como resultado de estas mutaciones. Estas vías de señalización pueden ser fundamentales para el crecimiento y la supervivencia de las células cancerosas, por lo que bloquearlas puede detener o ralentizar el crecimiento del tumor.
Un ejemplo destacado de terapia dirigida en este contexto es el uso de inhibidores de PARP (poli ADP-ribosa polimerasa). Las células cancerosas que carecen de la función de genes como BRCA1 o BRCA2 son especialmente sensibles a los inhibidores de PARP debido a su incapacidad para reparar eficientemente el ADN dañado. Al bloquear la actividad de PARP, se induce un daño en el ADN que es letal para las células cancerosas, mientras que las células normales pueden compensar este daño. Esto ha demostrado ser una estrategia terapéutica eficaz en pacientes con cáncer de mama y ovario hereditario con mutaciones en BRCA1 o BRCA2.
Además de los inhibidores de PARP, se están desarrollando y probando otras terapias dirigidas para abordar específicamente las mutaciones genéticas asociadas al cáncer de mama y ovario hereditario. Estas incluyen agentes que apuntan a vías de señalización como PI3K/AKT/mTOR, CDK4/6, HER2 y muchas otras que pueden estar alteradas en estos tipos de cáncer.
Es importante destacar que el éxito de las terapias dirigidas en el tratamiento del cáncer de mama y ovario hereditario depende en gran medida de una comprensión profunda de la biología molecular de cada tumor y de la identificación precisa de las mutaciones genéticas que impulsan su crecimiento. Por lo tanto, el análisis genético y la caracterización molecular del tumor son fundamentales para seleccionar la terapia más adecuada para cada paciente, lo que subraya la importancia del enfoque personalizado en el tratamiento del cáncer.