Dra. Ana Beatriz Sánchez Heras Coodinadora de la Unidad de Consejo Genético en Cáncer del Hospital General Universitario de Elche
El papel del oncólogo en el manejo de la condición de ser portadora de una mutación genética asociada al riesgo de cáncer de mama y/o ovario es fundamental para proporcionar una atención integral y personalizada. El oncólogo especializado en genética clínica juega un papel clave en varias etapas del proceso, brindando orientación, evaluación y apoyo a lo largo del camino.
1. Interpretación de resultados genéticos:
El oncólogo se encarga de interpretar los resultados de las pruebas genéticas y explicar de manera comprensible cómo la mutación específica afecta el riesgo de cáncer de mama y ovario. Proporciona información detallada sobre la naturaleza de la mutación y sus implicaciones para la salud.
2. Evaluación del riesgo individual:
Basándose en la información genética y en la historia médica personal y familiar, el oncólogo evalúa el riesgo individual de desarrollar cáncer. Esta evaluación contribuye a la formulación de un plan de manejo personalizado que puede incluir estrategias de detección temprana, opciones preventivas y, en algunos casos, intervenciones quirúrgicas.
3. Asesoramiento sobre opciones de manejo:
El oncólogo guía al paciente a través de las opciones de manejo disponibles, como vigilancia intensiva, cirugía preventiva o medicamentos profilácticos. Proporciona información detallada sobre los beneficios, riesgos y limitaciones de cada opción, facilitando la toma de decisiones informadas.
4. Coordinación del equipo médico:
Colabora estrechamente con otros profesionales de la salud, como cirujanos oncólogos, radiólogos, genetistas y enfermeros especializados, para asegurar una atención integral y coordinada. La colaboración entre estos especialistas garantiza un enfoque multidisciplinario y centrado en el paciente.
5. Realización y análisis de pruebas de detección temprana:
Organiza y supervisa pruebas de detección temprana, como mamografías y resonancias magnéticas, para monitorear de cerca la salud mamaria y ginecológica. La detección temprana es clave para intervenir rápidamente en caso de cambios o anomalías.
6. Apoyo emocional y educación:
Reconociendo la carga emocional asociada con la condición, el oncólogo ofrece apoyo emocional y educa al paciente sobre su situación genética. Ayuda a abordar temores y ansiedades, proporcionando recursos y estrategias para afrontar el impacto psicológico del riesgo de cáncer.
7. Seguimiento continuo:
El oncólogo realiza un seguimiento regular para evaluar cualquier cambio en la salud y ajustar el plan de manejo según sea necesario. La relación continua con el paciente permite una atención adaptada a las necesidades cambiantes a lo largo del tiempo.
En resumen, el oncólogo especializado en genética desempeña un papel integral en el cuidado de personas portadoras de mutaciones genéticas asociadas al cáncer de mama y ovario. Su enfoque centrado en el paciente, su experiencia en genética clínica y su coordinación con un equipo multidisciplinario contribuyen a ofrecer una atención integral y respaldar a los pacientes en todas las etapas de su viaje de manejo del riesgo de cáncer.