Dra. Ana Santaballa Bertrán, Jefe del Servicio de Oncología del Hospital Universitario y Politécnico La Fe
El sistema inmune es el mecanismo de defensa natural del cuerpo humano contra agentes dañinos, como virus, bacterias, células anormales y otros elementos extraños. Se compone de una intrincada red de células, tejidos y órganos que trabajan en conjunto para identificar, atacar y eliminar estas amenazas, manteniendo así la salud y el equilibrio del organismo.
En el caso del cáncer de mama, el sistema inmune desempeña un papel crucial y multifacético. Normalmente, las células cancerosas son reconocidas y combatidas por el sistema inmune en sus etapas iniciales de desarrollo. Esto se logra a través de mecanismos como la vigilancia inmune, donde las células inmunes identifican y eliminan células cancerosas potencialmente peligrosas antes de que se conviertan en tumores malignos.
Sin embargo, en algunos casos, las células cancerosas pueden evadir la detección del sistema inmune y proliferar, dando lugar al desarrollo de tumores de mama. Esto puede ocurrir debido a varios factores, como mutaciones genéticas en las células cancerosas que les permiten evitar la detección inmune, o la creación de un microambiente tumoral que suprime la respuesta inmune y promueve el crecimiento del cáncer.
Además, se ha descubierto que el sistema inmune desempeña un papel importante en la regulación de la inflamación, un proceso que puede influir en el desarrollo y la progresión del cáncer de mama. La inflamación crónica puede crear un ambiente propicio para el crecimiento tumoral al promover la proliferación celular, la formación de nuevos vasos sanguíneos y la invasión de tejidos circundantes.
En los últimos años, la inmunoterapia ha surgido como una estrategia prometedora para el tratamiento del cáncer de mama. Esta forma de tratamiento se basa en potenciar la respuesta inmune del cuerpo contra el cáncer, ya sea mediante la estimulación de las células inmunes para que reconozcan y ataquen las células cancerosas, o mediante la inhibición de las señales que suprimen la respuesta inmune en el microambiente tumoral.
En resumen, el sistema inmune desempeña un papel fundamental en la prevención, detección y control del cáncer de mama. Comprender la compleja interacción entre el sistema inmune y el cáncer de mama es esencial para el desarrollo de nuevas estrategias terapéuticas que puedan mejorar el pronóstico y la calidad de vida de las pacientes afectadas por esta enfermedad.