¿Qué son los tratamientos locales y los tratamientos sistémicos?

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En el tratamiento del cáncer ginecológico, existen dos categorías principales de tratamientos: locales y sistémicos. Cada tipo de tratamiento tiene un objetivo específico, dependiendo de la localización, el tipo y el estadio del cáncer. Aquí te explico en detalle qué son los tratamientos locales y sistémicos y cómo se aplican en el contexto del cáncer ginecológico.

Tratamientos Locales

Los tratamientos locales están diseñados para atacar el tumor en un área específica del cuerpo, es decir, donde se originó el cáncer o hacia donde ha crecido localmente. Estos tratamientos son especialmente útiles en las etapas iniciales del cáncer, cuando el tumor está confinado a un solo lugar. Los tipos principales de tratamiento local para el cáncer ginecológico incluyen:

1. Cirugía: Este es uno de los tratamientos locales más comunes para el cáncer ginecológico. Su objetivo es remover físicamente el cáncer del cuerpo. Dependiendo del tipo y la etapa del cáncer, la cirugía puede variar desde procedimientos menos invasivos hasta operaciones más extensas, como la histerectomía (eliminación del útero), salpingo-ooforectomía (eliminación de ovarios y trompas de Falopio), y linfadenectomía (extracción de los ganglios linfáticos cercanos).

2. Radioterapia: Este tratamiento utiliza radiación de alta energía para destruir las células cancerosas en el área afectada. Puede ser administrada externamente, dirigiendo la radiación hacia el área afectada desde una máquina fuera del cuerpo, o internamente (braquiterapia), donde se colocan materiales radiactivos directamente en o cerca del tumor.

Tratamientos Sistémicos

Los tratamientos sistémicos son aquellos que tratan el cáncer en todo el cuerpo. Son útiles para tratar cánceres que se han diseminado o que tienen un alto riesgo de metastatizar. Los tratamientos sistémicos más comunes en el cáncer ginecológico incluyen:

1. Quimioterapia: Este tratamiento utiliza medicamentos para matar las células cancerosas. Estos medicamentos circulan en el torrente sanguíneo y pueden alcanzar y destruir células cancerosas en todo el cuerpo. La quimioterapia puede ser usada antes de la cirugía para reducir el tamaño de los tumores, después de la cirugía para eliminar cualquier célula cancerosa restante, o como el tratamiento principal en algunos casos avanzados o recurrentes.

2. Terapia hormonal: Algunos cánceres ginecológicos dependen de hormonas para crecer. La terapia hormonal implica tomar medicamentos que alteran la forma en que ciertas hormonas funcionan o bloquean la capacidad del cuerpo para producir estas hormonas.

3. Terapia dirigida: Este tipo de tratamiento utiliza fármacos o sustancias que atacan específicamente las anomalías moleculares presentes en las células cancerosas. Por ejemplo, los inhibidores de PARP son efectivos en algunos casos de cáncer de ovario con ciertas características genéticas.

4. Inmunoterapia: Utiliza el sistema inmune del cuerpo para combatir el cáncer. Algunos tratamientos de inmunoterapia ayudan a que el sistema inmune reconozca y destruya las células cancerosas más efectivamente.

Conclusión

El uso de tratamientos locales y sistémicos en el cáncer ginecológico depende de múltiples factores, incluyendo el tipo y estadio del cáncer, la salud general de la paciente, y los objetivos específicos del tratamiento. A menudo, una combinación de tratamientos locales y sistémicos se emplea para lograr el mejor resultado posible, gestionando el cáncer de manera efectiva mientras se minimizan los riesgos y los efectos secundarios.