Dra. Ana Santaballa Bertrán, Jefe del Servicio de Oncología del Hospital Universitario y Politécnico La Fe
El cáncer de mama es una enfermedad heterogénea que afecta a millones de mujeres en todo el mundo. A medida que se desarrollan tratamientos más efectivos y se comprenden mejor los factores que influyen en el pronóstico de esta enfermedad, surge una pregunta crucial: ¿Un cáncer de mama con peor pronóstico significa que no tiene cura?
En primer lugar, es importante comprender que el pronóstico del cáncer de mama no es una sentencia definitiva. Si bien ciertos tipos y subtipos de cáncer de mama pueden estar asociados con pronósticos más desfavorables, esto no implica necesariamente que la enfermedad sea incurable. De hecho, los avances en la investigación y el desarrollo de tratamientos han mejorado significativamente las tasas de supervivencia y han abierto nuevas posibilidades para los pacientes con cáncer de mama agresivo.
Es cierto que algunos subtipos de cáncer de mama, como los tumores triple negativos o los tumores HER2 positivos de grado alto, pueden ser más difíciles de tratar y pueden tener tasas de recurrencia más altas. Sin embargo, esto no significa que estos cánceres sean intratables. Se han desarrollado terapias dirigidas específicamente para abordar estos subtipos agresivos, como el trastuzumab para tumores HER2 positivos, que han demostrado mejorar significativamente los resultados de supervivencia.
Además, el pronóstico del cáncer de mama también depende de una variedad de factores adicionales, como el estadio de la enfermedad, la presencia de metástasis, la edad del paciente y su estado de salud general. La detección temprana y el tratamiento oportuno siguen siendo elementos clave en la lucha contra el cáncer de mama y pueden tener un impacto significativo en el pronóstico y la curabilidad de la enfermedad.
Es importante destacar que la curabilidad del cáncer de mama no se limita a la eliminación completa del tumor. Incluso en casos de cáncer avanzado o metastásico, donde la cura completa puede ser más difícil de lograr, el objetivo principal del tratamiento es prolongar la vida y mantener una buena calidad de vida. Los tratamientos modernos, como la terapia hormonal, la quimioterapia, la radioterapia y la inmunoterapia, pueden controlar eficazmente la enfermedad y permitir que los pacientes vivan con cáncer de mama crónico durante muchos años.
En conclusión, si bien un cáncer de mama con peor pronóstico puede plantear desafíos adicionales en términos de tratamiento y supervivencia, esto no significa que sea incurable. Con los avances continuos en la investigación y el desarrollo de nuevas terapias, la esperanza sigue siendo fuerte para los pacientes con cáncer de mama en todas las etapas de la enfermedad. La clave está en un enfoque multidisciplinario, centrado en el paciente y basado en la evidencia, que aborde los factores que influyen en el pronóstico y proporcione el mejor cuidado posible para cada paciente afectado por esta enfermedad.