Dra. Ana Alicia Tejera Hernández, Especialista en Cirugía de Mama del Complejo Hospitalario Universitario Insular - Materno Infantil de Canarias
Lo primero que significa es que tu vida acaba de cambiar, es un punto en el que incidimos mucho porque es importante que lo tengamos bien asimilado, pero ese cambio no significa nada más que eso, un cambio, ante el cual debemos prepararnos.
Significa que te adentrarás en el mundo del cáncer en general y el de mama en particular. Un montón de nuevos conceptos llegarán a ti como quimio, mastectomía, célula maligna, ganglio centinela, metástasi, radiación, port a cath, etc. No te preocupes, pregunta siempre a tu equipo médico porque te explicarán detalladamente cada concepto para que puedas asimilarlo.
En términos generales, significa que serás "la chica del pañuelo", todos te mirarán con una cierta mirada de compasión. Puede o no molestarte, pero no te enfades con tu entorno, es normal, ponte en su lugar, quizás tú harías lo mismo. Es evidente que tu cuerpo va a sufrir cambios por los tratamientos, pero insistimos, todo pasa y esos cambios nos pueden llevar a mejores estados, físicos y psíquicos.
Significa que vas a vivir con miedo, con momentos de angustia y ansiedad, muchas veces la soledad es tu peor compañera, pero también nedesaria para que toques fondo. Físicamente, tu cuerpo reaccionará de una u otra manera, pero psíquicamente el estrés va a ser descomunal, pero superable. El tiempo es tu mejor aliado, relativiza tu entorno y céntrate en ti. Es importante que busques a "tu persona" en este viaje y te apoyes en tu entorno para hacerlo más llevadero y que te ayuden a superar momentos psicológicamente difíciles, porque los tendrás, busca tu luz con lo que te haga sentir bien.
Grábate esta máxima en tu mente, "todo pasa..."
¿Qué no significa tener cáncer? Pues queremos lanzar luz sobre la oscuridad, porque no significa cualquier prejuicio existente sobre el mismo, desde el "te vas a morir", porque no lo sabemos; tampoco que "después de la quimio te pasarás el día vomitando", porque la ciencia a avanzado muchísimo; ni "te dolerá todo el cuerpo, no podrás hacer nada", etc.
Sí, es evidente que vas a pasar un proceso duro, muy duro, pero es una experiencia que tienes que vivir, y va a ser tú experiencia, cada mujer es un mundo y reacciona de una manera u otra ante la enfermedad. Hazla tuya, afróntala, toma el reto con determinación, y avanza, porque tu vida, sigue siendo tuya.
Padecer un cáncer de mama es mucho más que una mera experiencia médica; es un viaje emocional, físico y espiritual que desafía los límites del cuerpo y la mente. En este ensayo, exploraremos qué significa y qué no significa enfrentarse a esta enfermedad.
En primer lugar, padecer un cáncer de mama no significa estar sola. Aunque puede sentirse como una batalla solitaria, el apoyo de amigos, familiares, médicos y grupos de apoyo puede ser un faro de esperanza en los momentos más oscuros. Significa aprender a aceptar la ayuda y el amor que nos rodea, encontrando fortaleza en la comunidad que nos sostiene.
Padecer un cáncer de mama no significa rendirse ante la enfermedad. Es una lucha constante, una batalla diaria contra el miedo, la incertidumbre y el dolor. Significa encontrar el coraje y la determinación para enfrentar cada obstáculo con valentía y resiliencia, incluso cuando parece que todas las fuerzas están en su contra.
Significa abrazar la vulnerabilidad y permitirse sentir todas las emociones que surgen en el camino: la tristeza, la ira, el miedo, pero también la esperanza, la gratitud y el amor. No significa reprimir estas emociones, sino permitir que fluyan libremente, encontrando fuerza en la vulnerabilidad y la autenticidad.
Padecer un cáncer de mama no significa perder la identidad. Aunque la enfermedad puede cambiar físicamente el cuerpo, no define quiénes somos como personas. Significa encontrar una nueva normalidad, adaptándose a los cambios físicos y emocionales con gracia y aceptación, pero manteniendo la esencia de lo que nos hace únicos e irrepetibles.
No significa permitir que la enfermedad nos consuma por completo. Significa encontrar momentos de alegría y gratitud en medio de la adversidad, buscando la belleza y el significado en las pequeñas cosas de la vida. Significa vivir cada día con propósito y pasión, aprovechando al máximo cada momento que se nos regala.
En última instancia, padecer un cáncer de mama significa ser un guerrero, un luchador incansable que se niega a ser definido por la enfermedad. Significa encontrar fuerza en la vulnerabilidad, esperanza en la desesperación y amor en el dolor. Es un viaje desafiante y a menudo agotador, pero también puede ser un camino de crecimiento, aprendizaje y transformación. Es encontrar la luz en la oscuridad, la belleza en la adversidad y la esperanza en la incertidumbre. Es, en última instancia, un recordatorio de la fuerza indomable del espíritu humano.