💙 El ejercicio es un aliado poderoso durante y después del tratamiento del cáncer. Aunque el diagnóstico de cáncer puede hacer que muchos se sientan cansados o débiles, la actividad física puede ser clave para mejorar la calidad de vida, aliviar los efectos secundarios de los tratamientos y ayudar en la recuperación. Además, se ha demostrado que el ejercicio tiene beneficios tanto físicos como emocionales durante todo el proceso del cáncer.
📌 A continuación, te explico cómo el ejercicio puede ser tu gran aliado durante el tratamiento del cáncer de mama, qué tipos de ejercicio son recomendables y cómo te ayudará en tu recuperación.
📌 1️⃣ Beneficios del ejercicio en el cáncer de mama
💙 El ejercicio tiene numerosos beneficios físicos y psicológicos que son especialmente importantes durante el tratamiento y la recuperación del cáncer de mama. A continuación, te explico algunos de los principales beneficios:
1.1. Mejora la energía y reduce la fatiga:
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La fatiga es uno de los efectos secundarios más comunes durante la quimioterapia. Aunque pueda parecer contradictorio, el ejercicio moderado puede aumentar tu energía y reducir la sensación de cansancio extremo.
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Actividades suaves como caminar o practicar yoga pueden ser eficaces para mejorar la resistencia física y reducir la fatiga.
1.2. Mejora el estado de ánimo y reduce el estrés:
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El ejercicio es conocido por su capacidad para liberar endorfinas, las cuales son hormonas naturales que mejoran el ánimo y alivian el estrés. Esto es especialmente importante si estás lidiando con la ansiedad, la depresión o los efectos emocionales que acompañan el tratamiento del cáncer.
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El ejercicio ayuda a reducir la ansiedad y la depresión, contribuyendo a un bienestar emocional generalizado.
1.3. Reduce el riesgo de recaídas y metástasis:
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Estudios científicos han demostrado que el ejercicio regular puede reducir el riesgo de que el cáncer de mama regrese o se propague a otras partes del cuerpo. El ejercicio puede mejorar la circulación sanguínea y fortalecer el sistema inmunológico, lo que favorece una mejor recuperación y reduce la probabilidad de metástasis.
1.4. Mejora la salud ósea:
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El tratamiento del cáncer, especialmente la quimioterapia y la terapia hormonal, puede causar pérdida ósea. El ejercicio, especialmente los ejercicios de peso, como caminar o levantar pesas, puede fortalecer los huesos y prevenir la osteoporosis.
1.5. Ayuda a controlar el peso:
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Mantener un peso corporal saludable es importante para la recuperación del cáncer y para prevenir el sobrepeso, que se asocia con un mayor riesgo de recaída.
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El ejercicio ayuda a quemar calorías y mantener un equilibrio energético, lo que es crucial para mantener un peso adecuado durante el tratamiento.
📌 2️⃣ ¿Qué tipo de ejercicio es recomendable durante el tratamiento del cáncer de mama?
💙 El tipo de ejercicio debe adaptarse a tu nivel de energía y condición física. Habla siempre con tu oncólogo o fisioterapeuta antes de comenzar un programa de ejercicio para asegurarte de que es seguro y adecuado para ti.
2.1. Ejercicio aeróbico (Cardiovascular):
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Caminar, nadar, andar en bicicleta o hacer clases de aeróbic son ejemplos de ejercicios aeróbicos moderados que aumentan la frecuencia cardíaca y la circulación sanguínea.
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Este tipo de ejercicio puede ser especialmente útil para aumentar la resistencia y combatir la fatiga.
2.2. Ejercicio de fuerza (levantamiento de pesas o resistencia):
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Ejercicios de fuerza, como levantar pesas o usar bandas de resistencia, fortalecen los músculos y los huesos. Además, ayudan a mejorar la capacidad funcional y la movilidad.
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Estos ejercicios son muy beneficiosos para evitar la pérdida de masa muscular y mejorar el bienestar físico general.
2.3. Ejercicio de flexibilidad:
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Yoga, pilates o estiramientos ayudan a mantener la flexibilidad y la movilidad, especialmente después de la cirugía o durante la radioterapia, cuando es común experimentar rigidez o dolor en las articulaciones.
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El yoga también puede ser útil para aliviar el estrés y mejorar la calidad del sueño, lo cual es crucial durante el tratamiento.
2.4. Ejercicio de bajo impacto:
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Caminar o hacer ejercicios de bajo impacto son recomendables si estás comenzando a hacer ejercicio o si sientes que tu cuerpo aún necesita tiempo para adaptarse a la actividad física. Las caminatas suaves o el yoga restaurativo son opciones suaves que puedes incluir.
📌 3️⃣ ¿Cuándo es el mejor momento para hacer ejercicio durante el tratamiento?
💙 El ejercicio no tiene que interrumpir tu tratamiento, y en muchos casos, hacerlo durante el tratamiento puede mejorar significativamente cómo te sientes. Aquí te doy algunos consejos sobre cuándo hacerlo:
3.1. Ejercicio durante los ciclos de quimioterapia:
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Durante los ciclos de quimioterapia, puedes sentirte más cansada o débil, pero el ejercicio ligero puede ayudarte a mantener tu energía. Realiza actividades suaves, como caminar o estiramientos suaves, cuando te sientas con fuerza.
3.2. Ejercicio después de la cirugía:
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Después de una cirugía de mastectomía, es importante realizar ejercicios de rehabilitación y estiramientos ligeros para recuperar la movilidad en el brazo y el hombro. Los fisioterapeutas pueden guiarte en estos ejercicios para evitar la rigidez y mejorar la movilidad.
3.3. Ejercicio durante la radioterapia:
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Durante la radioterapia, es posible que experimentes fatiga o dolor en el área tratada, pero el ejercicio moderado puede mejorar tu bienestar emocional y reducir los efectos secundarios.
📌 4️⃣ Consejos para incorporar ejercicio en tu rutina durante el tratamiento
💙 Aquí tienes algunas recomendaciones para integrar el ejercicio de manera segura y efectiva:
4.1. Comienza despacio y aumenta la intensidad gradualmente:
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Si no has hecho ejercicio antes del diagnóstico, comienza con actividades de bajo impacto y aumenta gradualmente la intensidad según cómo te sientas.
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Escucha a tu cuerpo y no te exijas demasiado. Es importante avanzar a tu propio ritmo.
4.2. Mantén la hidratación y la nutrición:
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Durante el ejercicio, es importante estar bien hidratada y consumir una dieta equilibrada para mantener tu energía y salud general.
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Reponte después del ejercicio con una pequeña merienda que incluya proteínas y carbohidratos para recuperar energías.
4.3. Incluye días de descanso:
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Si te sientes agotada, descansa un poco más entre las sesiones de ejercicio. El descanso es tan importante como la actividad física.
4.4. Busca apoyo:
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Si no te sientes segura para comenzar un régimen de ejercicio, considera trabajar con un fisioterapeuta especializado en pacientes con cáncer, que pueda crear un plan adaptado a tus necesidades.
✅ Conclusión
📍 El ejercicio es una herramienta poderosa para mejorar la energía, reducir la fatiga y mejorar el bienestar físico y emocional durante el tratamiento del cáncer de mama.
📍 Elige ejercicios que sean adecuados a tu nivel de energía y consulta siempre con tu oncólogo para asegurarte de que el ejercicio es seguro para ti.
📍 El ejercicio regular también puede ayudar a reducir el riesgo de recaídas y mejorar la calidad de vida a largo plazo.