Dra. Margarita Feijoo Saus, Jefe Servicio de Oncología del Hospital Universitario La Moraleja
No todas las quimioterapias utilizadas en el tratamiento del cáncer de mama tienen los mismos efectos secundarios. La variedad de medicamentos utilizados y la forma en que se administran pueden influir en la naturaleza y la severidad de los efectos secundarios experimentados por los pacientes. Aunque algunos efectos secundarios son comunes a muchos regímenes de quimioterapia, otros pueden ser más específicos de ciertos medicamentos o combinaciones de medicamentos.
Algunos de los efectos secundarios más comunes asociados con la quimioterapia para el cáncer de mama incluyen:
1. Náuseas y Vómitos: Estos son efectos secundarios comunes que pueden ocurrir poco después de la administración de la quimioterapia. Los medicamentos antieméticos pueden ayudar a controlar estos síntomas.
2. Pérdida de Cabello (Alopecia): La mayoría de los tratamientos de quimioterapia para el cáncer de mama pueden provocar la caída del cabello en diferentes grados. La pérdida de cabello puede ser temporal o permanente, dependiendo de los medicamentos utilizados y la dosis administrada.
3. Fatiga: La quimioterapia puede causar fatiga extrema y debilidad en algunos pacientes. Esta fatiga puede persistir durante y después del tratamiento, aunque tiende a mejorar con el tiempo.
4. Supresión del Sistema Inmunológico: Algunos medicamentos de quimioterapia pueden causar una disminución en la producción de células sanguíneas, incluyendo glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas. Esto puede aumentar el riesgo de infecciones, anemia y sangrado.
5. Problemas Gastrointestinales: La quimioterapia puede causar una variedad de problemas gastrointestinales, como diarrea, estreñimiento, dolor abdominal y mucositis (inflamación del revestimiento del tracto digestivo).
6. Problemas en la Piel y las Uñas: Algunos pacientes pueden experimentar cambios en la piel, como sequedad, enrojecimiento, picazón, descamación o sensibilidad al sol. También pueden ocurrir cambios en las uñas, como decoloración, fragilidad o separación de las uñas de los lechos ungueales.
Es importante destacar que la experiencia de los efectos secundarios puede variar considerablemente de un paciente a otro, incluso cuando reciben el mismo régimen de quimioterapia. Además, los efectos secundarios pueden ser gestionados y mitigados mediante el uso de medicamentos complementarios y tratamientos de apoyo, como la terapia nutricional, la terapia física y el apoyo emocional. Es fundamental que los pacientes discutan cualquier preocupación sobre los efectos secundarios con su equipo médico, quienes pueden proporcionar orientación individualizada y estrategias para minimizar el impacto de estos efectos en la calidad de vida durante el tratamiento.