La aplicación de radioterapia en el tratamiento del cáncer de mama generalmente no produce dolor durante su aplicación. El proceso implica el uso de radiación ionizante para tratar de destruir las células cancerosas en el área afectada, y mientras esto sucede, el paciente no siente la radiación en sí misma. Aquí hay algunos puntos clave sobre la experiencia durante la sesión de radioterapia:
Durante la Sesión de Radioterapia
- Sensación: Durante la aplicación de la radioterapia, es común que no sientas nada en absoluto. El tratamiento es externo (en la mayoría de los casos de cáncer de mama), y la máquina de radioterapia no entra en contacto directo con tu cuerpo. Lo que experimentas es similar a hacerse una radiografía; hay una máquina que se mueve alrededor de ti y emite radiación, pero no hay sensación física asociada con la emisión de la radiación.
- Duración: Cada sesión de radioterapia suele ser bastante corta, durando solo unos minutos, aunque el tiempo total en la sala de tratamiento puede ser mayor debido al posicionamiento preciso y a la preparación.
- Ruido de la Máquina: Podrás oír el equipo funcionando mientras te administra la radioterapia. Este ruido es normal y no indica que la radiación esté causando daño físico.
Después de la Sesión
- Aunque la radioterapia en sí misma no duele, algunos efectos secundarios pueden desarrollarse con el tiempo, debido a la acumulación de la radiación en el tejido tratado. Estos efectos pueden incluir enrojecimiento, hinchazón, sensibilidad o una sensación de quemadura en la piel, similar a una quemadura solar. Estos efectos secundarios son más comunes hacia el final del curso de tratamiento y en las semanas siguientes a su conclusión.
Es importante comunicarte con tu equipo de atención médica sobre cualquier preocupación o incomodidad que tengas durante o después de tu tratamiento de radioterapia. Hay muchas estrategias y tratamientos disponibles para manejar los efectos secundarios y hacer tu experiencia de tratamiento lo más cómoda posible.