La fatiga durante el tratamiento

Consulta siempre tus dudas con tu equipo médico.


La fatiga es uno de los efectos secundarios más comunes de la radioterapia en el tratamiento oncológico para el cáncer de mama, afectando a la mayoría de los pacientes en algún grado. Este tipo de fatiga puede ser abrumadora y no necesariamente se alivia con el descanso. Sin embargo, hay varias estrategias que puedes implementar para contrarrestar sus efectos y gestionar mejor tu energía durante el tratamiento:

Mantén un Equilibrio Entre Actividad y Descanso
- Escucha a tu cuerpo y descansa
cuando lo necesites, pero trata de no permanecer inactivo todo el tiempo. La inactividad prolongada puede aumentar la sensación de fatiga.
- Programa períodos de descanso a lo largo del día y prioriza tus actividades para conservar energía para las tareas más importantes.

Ejercicio Moderado
- Incorpora actividad física ligera
a tu rutina diaria. El ejercicio puede parecer contradictorio cuando te sientes cansado, pero actividades suaves como caminar, yoga o natación pueden aumentar tus niveles de energía y mejorar tu estado de ánimo.
- Consulta con tu médico antes de comenzar cualquier programa de ejercicios, especialmente si no estabas activo antes del diagnóstico.

Nutrición Adecuada
- Mantén una dieta bien balanceada
 que incluya una variedad de frutas, verduras, proteínas magras y granos enteros para mantener tus niveles de energía.
- Bebe suficiente agua para mantenerte hidratado, ya que la deshidratación puede aumentar la sensación de fatiga.
- Considera la consulta con un nutricionista especializado en oncología para desarrollar un plan de alimentación que se ajuste a tus necesidades específicas.

Manejo del Estrés
- Practica técnicas de relajación
 como la meditación, respiración profunda, o el mindfulness para ayudar a reducir el estrés, lo cual puede influir en tu nivel de fatiga.
- Busca apoyo emocional en amigos, familiares, grupos de apoyo o un profesional de salud mental para hablar sobre tus sentimientos y experiencias.

Mejora la Calidad del Sueño
- Establece una rutina regular para dormir
 y levantarte, incluso los fines de semana, para regular tu reloj biológico.
- Crea un entorno propicio para el descanso, asegurándote de que tu habitación sea tranquila, oscura y a una temperatura cómoda.
- Evita estimulantes como la cafeína y reduce la exposición a pantallas electrónicas antes de acostarte.

Planificación y Organización
- Organiza tus actividades diarias
 para no sobrecargar tus días con demasiadas tareas.
- Delega responsabilidades cuando sea posible, y no dudes en pedir ayuda a amigos y familiares.

Además de estas estrategias, es importante mantener una comunicación abierta con tu equipo de atención médica sobre cualquier cambio en tu nivel de fatiga. Ellos pueden ofrecer recomendaciones adicionales o ajustar tu tratamiento si es necesario para ayudarte a manejar este efecto secundario. Recordar que la fatiga inducida por la radioterapia suele ser temporal y mejorar tras la conclusión del tratamiento puede ofrecerte una perspectiva alentadora.